Su nombre científico es Euphorbia pulcherrima. También conocida como flor de Navidad, la nochebuena es una planta ancestral de origen mexicano. 

Desde mucho antes de la llegada de los españoles se utilizaba con fines religiosos, medicinales y utilitarios; sin embargo, fueron los evangelizadores españoles franciscanos quienes empezaron a asociarla con las fiestas de natividad y le dieron este nombre porque alcanza su máximo esplendor en invierno. Después, la población mexicana siguió adornando los nacimientos y las iglesias con esta flor.

La flor de nochebuena es muy importante para la cultura mexicana. Los mexicas la llamaron Cuetlaxóchitl, que en náhuatl significa "flor marchita", y la utilizaban en múltiples celebraciones y rituales. Mientras para los aztecas, era símbolo de la “nueva vida” alcanzada por los guerreros muertos en batalla o la sangre derramada en los sacrificios al sol. 

En nuestro país, la Cuitlaxóchitl es conocida con distintos nombres. En Chiapas se le conoce como Sijoyo y en Durango como Catalina; en Jalisco, Guerrero, Michoacán, Veracruz e Hidalgo, como Flor de Pascua y en Oaxaca como Flor de Santa Catarina. En otros países la llaman Poinsetia, Etrella Federal, Pastora, Pascuero, Papagayo, Flor de Fuego o Bandera. 

Es quizás la flor mexicana más conocida en el mundo, pero es mucho más que un elemento decorativo navideño. También se ha utilizado en la medicina tradicional para curar fiebres, enfermedades de la piel y ayudar a las madres a producir leche materna. Por otra parte, el extracto de sus brácteas, mezclado con resina de pino, se usaba para teñir de rojo escarlata artículos de cuero, telas y cosméticos.

Se cultiva en los estados mexicanos de Guerrero, Oaxaca, Sinaloa, Jalisco, Michoacán y Chiapas, y aunque tradicionalmente es roja, últimamente el mercado está lleno de nochebuenas de colores muy variados.

Si de espíritu navideño se trata, esta flor lo hará relucir mucho en tu hogar. Además es económica y de fácil cuidado.

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