Luego de cinco días de lluvia intensa y frío violento, por fin volvió a resplandecer el sol.
Y yo caí de rodillas, agradeciendo, porque es que yo con frío nomás no funciono, me bloqueo.
Son bonitos esos días, sí... como dicen: "días tequileros", pero cuando te quedas en la camita, no cuando tienes que estar con normalidad en tu lugar de trabajo, llueva o truene. No cuando caes en un lodazal y recibes tremendo chapuzón de un cafre camionero.
Què buenas fotos mi niña. Me encanta como enalteces tus raices.
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