La navidad pasada me encantó mi arbolito por su simpleza, pues además de que no gasté un solo peso, ocupó muy poco espacio y me llevó muy poco tiempo decorarlo y retirarlo.
Ya está finalizando noviembre y ando en busca de más inspiración, pues quiero adoptar el mismo estilo, con unos pocos accesorios nada más, pero eso sí: que esté muy iluminado.
Imágenes vía:
1. 4 y 6, Decoración Facilísimo
5. Econotas
7. Baleeblue
8. Decoralos
9. Pisos
¡Por fin!
Hace dos meses que mi cámara estaba indispuesta y realmente la extrañaba. Es una de las razones por las que tenía un poco abandonado el blog, ya que prefiero ilustrar mis entradas con fotografías propias. Así que hoy que brilló de nuevo el sol después de tres días de lluvia, lo primero que hice fue salir hacer fotos de cualquier cosa que me encontrara en el camino. Y mi camarita también brilló... Aquí les dejo unos saluditos a través de ella:
Un ataque de nostalgia me invadió luego de conocer el proyecto literario "Escrituras Mecánicas", y de pronto quise volver a tener una máquina de escribir en mis manos. Y no conseguí una, sino dos. Mi suegra fue la amable donante de dos preciosas Olivetti que conservaba en perfecto estado.
Arreola, Rulfo, Cortázar... Cuántos escritores tuvieron en este artefacto a su mejor compañía, confidente y aliado, mismo que hoy solo vemos en oficinas burocráticas o en museos.
La máquina de escribir Remington Rand que Juan Rulfo compró en noviembre de 1953 - Foto: AFP
No pude evitar recordar con tristeza que nunca supe valorar la única que tuve: una Olivetti Lettera 32 color verde, y me pregunto si aún sobrevivirá, olvidada en algún almacén de triques de algún familiar. Yo nunca la quise, detestaba cargarla y me parecía un fastidio la clase en que tenía que usarla mientras cursaba una carrera que no elegí, cumpliendo mandatos de mi madre en lo que decidía mi futuro, "por no dejar", como decía ella. Además, como todo adolescente en esa época, me sentía muy atraída e impresionada por ese nuevo aparato llamado computadora.
Más inspiración...