Vogue México publicó este artículo encantador...
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Un enorme entusiasmo se apodera de mi cuando visito lugares como la casa que les presento a continuación:
Se trata de una casona con más de cien años de antigüedad, ubicada en el mero centro de Ciudad Guzmán, cabecera municipal de Zapotlán el Grande, Jalisco.
La tía Bertha al ver mi emoción, orgullosa se puso a mostrarme cada rincón y a contarme la historia de los muebles y de cada habitación, como por ejemplo la particularidad de que las distinguían con diferentes colores: el cuarto rosa , el verde y el beige... cuyos muros, muebles y piso, combinaban según el color designado a cada habitación.
Al fondo se ve el cuarto rosa...
Este era el cuarto verde y que ahora usan como dormitorio principal.
Mezcla de objetos viejos con modernos...
El comedor
Este baño todavía cuenta con el antiquísimo espejo, que ya no es muy útil,
Se trata de una casona con más de cien años de antigüedad, ubicada en el mero centro de Ciudad Guzmán, cabecera municipal de Zapotlán el Grande, Jalisco.
Es la casa de la tía Bertha (tía de mi esposo para ser más exactos), quien sabedora del gran tesoro que posee, ha logrado conservarla tal y como la habitaron en aquellos tiempos los antepasados de su esposo Martín.
Cuandro entré a ese lugar, tuve una rara sensación que me atrapó y enseguida empecé a imaginar como pudo haber sido la vida de sus antiguos moradores.
La tía Bertha al ver mi emoción, orgullosa se puso a mostrarme cada rincón y a contarme la historia de los muebles y de cada habitación, como por ejemplo la particularidad de que las distinguían con diferentes colores: el cuarto rosa , el verde y el beige... cuyos muros, muebles y piso, combinaban según el color designado a cada habitación.
Al fondo se ve el cuarto rosa...
Este era el cuarto verde y que ahora usan como dormitorio principal.
Mezcla de objetos viejos con modernos...
El comedor
Este baño todavía cuenta con el antiquísimo espejo, que ya no es muy útil,
pero habría que deshacer el muro para quitarlo ;) Además le da un toque "dirty chic".
De entrada tiene una enorme puerta de madera que permanece abierta casi todo el tiempo, y hay una bonita banca a manera de recepción; luego hay un cancel que todavía cuenta con una pesada y curiosa llave, enseguida un gran patio central por donde entra a placer la luz natural, y alrededor de él todas las habitaciones con techos muy altos y puertas que comunican una con otra.
Fernando, atento vigía...
Más que por el valor económico, ella ha querido conservar lo más original posible el inmueble por el apego sentimental que para su esposo tiene y sólo han hecho las modificaciones necesarias para que pueda seguir siendo habitable. Y no se la piensa dos veces cuando tiene que invertir en la restauración y mantenimiento de los muebles y objetos que han permanecido todo ese tiempo ahí, sobre todo después de saber que la mayor parte son de origen europeo, hechos con la calidad que ahora es muy difícil encontrar.
La conmemoración inicia con una misa por la mañana o por la noche (o las dos) ofrecida al difunto.
El ritual consiste en rezar el rosario durante nueve días, y la gente que participa de este acontecimiento lleva flores o veladoras que se irán colocando de tal manera que formen una cruz, al pie de un santo al que el fallecido o la familia tuvieran devoción. Así mismo, se requieren 5 veladoras que serán puestas de la siguiente manera:
*La primera en la cabeza de la cruz como símbolo de la corona de espinas de Jesucristo.
*La segunda y tercera como símbolo de los clavos con que fueron perforadas las manos de Jesús.
*La cuarta en los pies, también como símbolo de los clavos.
*Y finalmente en medio de la cruz, como símbolo de la llaga causada en el pecho de Jesús.
Al noveno día, se realiza el “Levantamiento de cruz” que consiste en un primer rosario acompañado de alabanzas, mientras los presentes, uno por uno -comenzando por los familiares más cercanos-, rocían con agua bendita la cruz, se persignan ante ella, levantan y apagan una veladora y recogen un ramito de flores que se van entregando a alguien de la familia para irlos colocando en una tinaja, así poco a poco hasta terminar con la cruz, como símbolo de despedida hacia el familiar fallecido. Pueden participar todos los asistentes hasta terminar de levantar todo.
Después de eso, en forma de agradecimiento por acompañar a la familia en tan sentida pérdida, se les ofrece una comida y se les obsequia un recuerdito de acuerdo a sus posibilidades.
Luego todas las flores y veladoras que se recogieron deberán llevarse a la tumba del fallecido en compañía de la gente que así lo desee.
Alguien me comentó una vez que le parecía muy curioso que “hicieran fiesta porque alguien murió” pero no es una fiesta y yo no sé mucho de cuestiones religiosas, sólo sé que tiene que ver con ayudar a levantar la sombra del difunto removiéndola de la casa donde se veló, para que cuerpo y alma ocupen un mismo espacio y decirle adiós con resignación.